Destinada para amar, pero declarada para matar.
El resto del mundo había considerado que Dimitri ha muerto. Y hasta cierto punto, él lo estaba. Pero yo no había sido capaz de olvidar una conversación que habíamos tenido una vez. Ambos estuvimos de acuerdo en que nosotros preferiríamos estar muertos -realmente muertos - que paseando por el mundo como Strigoi. Era hora de honrar nuestras palabras.
La vida de la Guardiana Rose Hattaway nunca volverá a ser la misma.
El reciente ataque a la Academia de San Vladimir devastó el mundo Moroi. Muchos están muertos. Y, para las pocas víctimas que dejaron los Strigoi, sus destinos serán aún peores. Un tatuaje adorna ahora el cuello de Rose, una señal que dice que ella ha matado demasiados Strigoi como para contarse. Pero sólo un asuntos de las victimas le preocupa...Dimitri Belikov. Ahora Rose debe escoger uno de los dos caminos: la honra del voto de su vida para proteger a Lissa - su mejor amiga y la última superviviente de la familia Dragomir- o, dejar la Academia para emprender un camino sola y perseguir al hombre que ama. Ella tendrá que ir al final del mundo para encontrar Dimitri y mantener la promesa que él pidió que ella hiciera. Pero la pregunta es ¿cuando el tiempo venga, querrá él ser salvado?
Ahora, con todo en juego - y muy lejos de San Vladimir y de su nuevo mejor amigo, indefenso, vulnerable, y rebelde - puede Rose encontrar la fuerza para destruir Dimitri? ¿O, se sacrificará ella para la posibilidad del amor eterno?
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